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Importancia de la fase lútea en los tratamientos de fertilidad

22 de agosto de 2023 · Marina González Tejedor

La fase lútea del ciclo menstrual es la que tiene lugar desde la ovulación hasta la menstruación. La llamamos fase lútea porque después de la ovulación, el folículo vacío recibe el nombre de cuerpo lúteo. En los tratamientos de reproducción asistida, es importante suplementar con hormonas durante esta fase a la paciente para favorecer la implantación embrionaria.

¿Cuál es la fase lútea del ciclo menstrual?

La duración de la fase lútea es de 14 días y, a lo largo de este periodo, se produce un aumento progresivo de los niveles de progesterona, acompañado también de un incremento de los estrógenos. En caso de que no se produzca un embarazo, los niveles de esta hormona vuelven a descender antes de la regla. Por el contrario, si ocurre un embarazo, los niveles de progesterona persisten niveles estables y elevados, así como los niveles de estrógenos.

¿Cuál es la fase lútea del ciclo menstrual?

A nivel de útero, los cambios hormonales que ocurren en estos días van a dar lugar a una serie de modificaciones en el endometrio, preparándolo para la posible implantación embrionaria. La fase lútea corresponde con la fase secretora del endometrio.

Fases del ciclo menstrual

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¿Qué papel tiene la fase lútea en la FIV y la IA?

En los ciclos de Inseminación Artificial (IA) y de Fecundación in vitro (FIV) es importante realizar un soporte de la fase lútea suplementando progesterona exógena por vía vaginal o subcutánea para asegurar unos niveles séricos adecuados. Además, la administración de progesterona durante la fase lútea favorece los cambios endometriales que ayudarán a la implantación embrionaria.

Estimulación ovárica

En el caso de los ciclos de FIV con punción ovárica, las hormonas utilizadas, así como el propio proceso de la aspiración folicular pueden hacer que los niveles de progesterona producidos por el ovario sean insuficientes. En los ciclos de transferencia de embriones vitrificados con toma de estrógenos, en los que no tenemos cuerpo lúteo, también es imprescindible la suplementación con progesterona.

En el caso de la inseminación artificial, o tras la preparación endometrial en ciclo natural, podríamos prescindir de la suplementación, aunque diferentes publicaciones avalan su uso para mejorar las tasas de implantación y reducir el riesgo de aborto.

No existe un protocolo único para la suplementación de progesterona, por lo que puede ser diferente entre diferentes clínicas. En Ginemed, recomendamos suplementar con 400 UI de progesterona vaginal repartidas en dos tomas (200 cada 12 horas), tras realizar la Inseminación Artificial. En la FIV, la dosis a utilizar son 800 UI (400 cada 12 horas) de progesterona vaginal o 400 UI por las noches, y 25 mg de progesterona subcutánea por las mañanas, a partir de la punción folicular.

Alteraciones de la fase lútea

La insuficiencia de fase lútea es debida a unos niveles bajos de progesterona después de la ovulación y, como consecuencia, una inadecuada preparación del endometrio para la implantación embrionaria.

En algunos casos es necesario aumentar la dosis para alcanzar los niveles séricos recomendados. Los síntomas asociados a la insuficiencia de fase lútea son:

Alteraciones de la fase lútea

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