La histeroscopia es una herramienta muy útil tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de muchas enfermedades ginecológicas. Hasta aquí, estamos ante una afirmación tradicional, sin embargo, de un tiempo a esta parte es el campo de la infertilidad el que más se beneficia de este tipo de técnica.
Es ampliamente conocido el efecto de los miomas submucosos sobre la implantación, sin embargo, también otras patologías como los pólipos, las adherencias (Sd. Asherman) o los septos uterinos también puede suponer un problema a la hora de conseguir el embarazo.
Dichos problemas pueden ser solucionados mediante la histeroscopia. Tanto es así, que cada vez con más frecuencia, recurrimos a esta intervención en casos de fallos de implantación –aún sin una sospecha sólida de patología uterina-, existiendo estudios científicos que avalan excelentes resultados en los ciclos realizados con un estudio histeroscópico previo de la cavidad uterina. Quizás esto se debe al efecto scratching endometrial o a la dilatación cervical requerida para la intervención, que posibilita una posterior transferencia embrionaria menos dificultosa.
Por tanto, la histeroscopia es una técnica útil en medicina reproductiva, aunque tenemos que considerar que se trata de una técnica invasiva y que existe el riesgo de dañar durante el procedimiento el endometrio, cuya integridad es necesaria para conseguir la implantación embrionaria. Por ello, se requiere una alta especialización en esta área. El endoscopista debe formar parte del equipo de reproducción, con un programa de formación continuada, y con un óptimo conocimiento de las nuevas actualizaciones y un seguimiento de sus propias pacientes.
estas esplicaçoes sao muito bom para nos
La verdad que muchas cosas te vas enterando con el Pasó del tiempo