Estudios recientes indican que aquellas mujeres con índices elevados de vitamina D tendrán más posibilidades de tener un hijo.
Que el estado nutricional de una mujer sea óptimo desde la etapa preconcepcional, y que el aporte de todos los nutrientes esenciales sea el adecuado es muy importante en la mejora de la fertilidad y en la evolución del embarazo.
Dentro de estos nutrientes, hay que señalar el papel de la vitamina D por dos motivos: las evidencias, cada vez mayores, de su implicación en la fertilidad femenina y masculina, y la elevada prevalencia de niveles bajos de vitamina D en las mujeres que buscan embarazo o que se someten a tratamientos de reproducción asistida.
¿Cuáles son los valores normales de la vitamina D?
Los valores normales de la vitamina D son 30-40 ng/ml. Por su parte, hablamos de deficiencia de vitamina D cuando los niveles oscilan entre a 20-30 ng/ml, e insuficiencia si son menores a 20 ng/ml.
Podemos obtener vitamina D mediante la ingesta de alimentos que la contengan: lácteos, pescado azul, yema de huevo, etc.; o sintetizarla en la piel tras la exposición a la luz del sol (UVB).
Se estima que un 50% de la población general está en riesgo de tener niveles bajos de vitamina D, sobre todo en casos de ingesta insuficiente, malabsorción intestinal, toma de medicamentos, o de insuficiente exposición a la luz solar.
Influencia de la vitamina D en la FIV
La vitamina D es fundamental para el metabolismo óseo y para la absorción de calcio y fosforo a nivel intestinal, pero esta vitamina actúa sobre diferentes órganos, con acciones antiinflamatorias e inmunomoduladoras en el páncreas, el cerebro, el sistema cardiovascular y el sistema reproductor.
Hay estudios que apuntan a la relación de la vitamina D con la calidad de los óvulos y de los embriones. Sin embargo, la explicación que cuenta con más aval científico es la que relaciona este micronutriente con los procesos inmunológicos de implantación del embrión.
Recientes investigaciones, como el estudio de la Universidad de Birmingham publicado en Human Reproduction, vinculan a la vitamina D con mejores índices de nacidos vivos en las mujeres que se someten a tratamientos fecundación in vitro.
Estos trabajos muestran que las mujeres con unos niveles en sangre adecuados de vitamina D (>30mg/ml) tenían una probabilidad superior de tener un recién nacido que aquellas que presentaban una concentración insuficiente (20-30 mg/ml) o deficiente (<20mg/ml) de la vitamina.
Recomendaciones generales
Con todos estos datos, podríamos concluir que la recomendación para mujeres que van a realizar tratamientos de reproducción asistida es que tuviesen unos niveles de vitamina D adecuados antes de iniciarlos, para favorecer la implantación embrionaria.
La recomendación de ingesta de vitamina D es de unas 400-600 UI diarias por lo que, en caso de no alcanzar dichos niveles, se debería dar una aportación extra, pero siempre bajo supervisión médica, hasta que no haya más ensayos clínicos que asegurasen el beneficio de esta suplementación.
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