En el contexto de la infertilidad, el denominado factor uterino representa una categoría clave que comprende alteraciones estructurales, funcionales e inmunológicas del útero, capaces de comprometer la implantación embrionaria y la evolución del embarazo.
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¿Qué es un útero hostil?
Se ha popularizado la expresión útero hostil como una forma de englobar estas condiciones que generan un ambiente uterino no receptivo. Aunque no corresponde a una entidad diagnóstica formal, su uso refleja una realidad clínica observable: la incapacidad del entorno endometrial para sostener la implantación y el desarrollo embrionario adecuado.
Principales causas del útero hostil
Desde una perspectiva anatómica, el útero desempeña funciones esenciales en la reproducción, al ser el sitio donde ocurre la implantación y se lleva a cabo el desarrollo fetal.
Alteraciones congénitas del útero
El útero septado o septo, caracterizado por la presencia de un tabique fibroso en el interior de la cavidad, se ha asociado con fallos de implantación y abortos de repetición. Su diagnóstico se establece mediante histerosonografía o resonancia magnética, y su abordaje terapéutico habitual es la resección histeroscópica.
Por su parte, el útero en T, frecuentemente vinculado a antecedentes de exposición intrauterina a dietilestilbestrol, presenta una morfología hipoplásica y fibrosis endometrial, lo que dificulta la implantación. Su corrección puede requerir enfoques combinados de cirugía y tratamiento hormonal.
Miomas
Las lesiones adquiridas como los miomas submucosos, los miomas intramurales que distorsionan la cavidad endometrial, y los pólipos endometriales, representan causas frecuentes de infertilidad de origen uterino. Estas lesiones, además de alterar la arquitectura intracavitaria, pueden modificar la expresión de factores moleculares implicados en la receptividad endometrial, como las integrinas, las prostaglandinas y las interleucinas. La resección mediante histeroscopia permite en muchos casos restaurar la morfología y funcionalidad endometrial.
Adherencias intrauterinas
Las sinequias o adherencias intrauterinas son una complicación iatrogénica frecuente tras legrados, histeroscopias invasivas o infecciones puerperales. El síndrome de Asherman constituye la forma más grave de sinequias, con obliteración parcial o total de la cavidad endometrial y amenorrea secundaria. El diagnóstico requiere histeroscopia diagnóstica, y el tratamiento se basa en la resección guiada y el uso de dispositivos intrauterinos temporales y terapia estrogénica para favorecer la regeneración del epitelio endometrial.
Cuello uterino
El cuello uterino también puede influir en la fertilidad, aunque su implicación es menos frecuente. Estenosis cervical, sinequias del canal endocervical o alteraciones en la producción del moco cervical, a menudo secundarias a procedimientos como conizaciones o infecciones por clamidia, pueden dificultar el ascenso espermático. En algunos casos, la cervico-histeroscopia permite restaurar la permeabilidad del canal.
Adenomiosis
Entre las patologías funcionales, destaca la adenomiosis, que se caracteriza por la presencia ectópica de glándulas endometriales en el miometrio. Esta condición genera un microambiente inflamatorio crónico con aumento de prostaglandinas, citocinas proinflamatorias y estrés oxidativo, que compromete la receptividad endometrial y la contractilidad uterina. La resonancia magnética y la ecografía transvaginal especializada son las herramientas diagnósticas más precisas. En pacientes con deseo reproductivo, el tratamiento suele incluir análogos de GnRH u otras estrategias de supresión hormonal temporal.
Endometritis crónica
La endometritis crónica representa una causa subdiagnosticada de infertilidad. Se trata de una inflamación persistente del estroma endometrial, frecuentemente asintomática, relacionada con disbiosis o infecciones subclínicas. El diagnóstico requiere biopsia endometrial con inmunotinción para CD138, cultivo microbiológico o PCR para patógenos específicos. Su tratamiento se basa en antibioticoterapia dirigida, habitualmente con doxiciclina o combinaciones con metronidazol.
Diagnóstico y pruebas recomendadas
La sincronía entre la receptividad endometrial y el desarrollo embrionario es esencial para la implantación exitosa. La "ventana de implantación desplazada" se refiere a un desajuste temporal en este proceso, y puede identificarse mediante pruebas moleculares como ERA. Estas herramientas analizan el perfil transcriptómico endometrial para personalizar el momento de la transferencia embrionaria en tratamientos de reproducción asistida.
Por otro lado, el estudio inmunológico del endometrio ha cobrado relevancia en casos de fallo de implantación o abortos recurrentes. Se evalúan parámetros como la proporción y activación de células NK, el perfil de citoquinas (Th1/Th2) y la expresión de moléculas implicadas en la tolerancia materno-embrionaria. Aunque la evidencia sobre intervenciones inmunomoduladoras aún es limitada, estas evaluaciones permiten una caracterización más detallada del ambiente endometrial.
Tratamientos para mejorar el entorno uterino
El abordaje del factor uterino debe ser integral e individualizado. Las herramientas clave incluyen la ecografía transvaginal 3D, la histeroscopia diagnóstica y la resonancia magnética. En muchos casos, coexisten alteraciones anatómicas y funcionales, por lo que una evaluación multidimensional es imprescindible.
En términos terapéuticos, se dispone de múltiples estrategias para optimizar el entorno endometrial. Las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, como la miomectomía o polipectomía histeroscópica, los tratamientos hormonales para regular el entorno endometrial, la terapia antiinflamatoria o antimicrobiana, y la inmunomodulación en contextos seleccionados, constituyen los pilares del manejo clínico. La prevención, mediante prácticas obstétricas y quirúrgicas cuidadosas, también es esencial para evitar la aparición de patología endometrial adquirida.
En conclusión, el concepto de "útero hostil" engloba un espectro amplio y heterogéneo de condiciones que comprometen la receptividad endometrial. Su correcta identificación y tratamiento basado en evidencia puede mejorar significativamente los resultados reproductivos, especialmente en el contexto de la medicina reproductiva personalizada.