La vasectomía es un método anticonceptivo masculino altamente efectivo y considerado permanente. Sin embargo, muchos hombres que se han sometido a este procedimiento desean recuperar la fertilidad, ya sea por un cambio en su situación personal o el deseo de tener más hijos. La buena noticia es que, en muchos casos, sí es posible revertir una vasectomía mediante una intervención quirúrgica especializada.
¿Qué es la vasectomía reversible?
La reversión de vasectomía consiste en una cirugía llamada vasovasostomía, que reconecta los conductos deferentes seccionados durante la vasectomía. De esta forma, se restablece el flujo de espermatozoides hacia el semen. En casos más complejos, cuando hay obstrucciones adicionales, se puede realizar una epididimovasostomía, que conecta el conducto deferente directamente al epidídimo.
Tasas de éxito y factores que influyen
El éxito de la reversión de la vasectomía se evalúa por la reaparición de espermatozoides en el semen y por la posibilidad de lograr un embarazo natural. Las tasas varían según múltiples factores:
1. Tiempo desde la vasectomía
El factor más determinante es el tiempo transcurrido desde la vasectomía:
- Menos de 10 años: las tasas de éxito son altas, con espermatozoides en el semen en hasta el 90% de los casos, y embarazo en el 50-70%.
- Más de 10-15 años: las tasas disminuyen debido a la posible formación de bloqueos irreversibles o anticuerpos contra los espermatozoides.
2. Edad y salud del paciente
La edad y salud general del hombre influyen en la calidad espermática. Enfermedades como la diabetes o el tabaquismo pueden reducir las probabilidades de éxito. Además, la edad y la fertilidad de la pareja femenina también juegan un papel crucial.
Procedimiento y recuperación
La cirugía de reversión se realiza con técnica microquirúrgica, bajo anestesia, y puede durar entre 2 y 4 horas. La recuperación suele ser rápida, se recomienda reposo durante unos días y abstinencia sexual por al menos dos semanas.
Aproximadamente entre 6 y 8 semanas después de la intervención, se realiza un análisis de semen para valorar la presencia de espermatozoides. Este es el punto más delicado, ya que el porcentaje de éxito en conseguir espermatozoides en el eyaculado es menor.