El sueño es un proceso biológico esencial que interviene en múltiples funciones corporales, incluida la regulación endocrina. Evidencias científicas han confirmado que la calidad y cantidad de sueño influyen directamente sobre la fertilidad. La alteración del ritmo circadiano, el insomnio o la privación crónica de sueño pueden repercutir en la capacidad reproductiva de hombres y mujeres, tanto a nivel hormonal como gamético.
Hormonas reproductivas y descanso
Durante el sueño profundo, especialmente en fases NREM y REM, se produce la liberación de hormonas clave en la función reproductiva. En mujeres, la FSH y LH —implicadas en la maduración folicular y la ovulación— presentan un patrón circadiano influenciado por el descanso nocturno. En hombres, la producción de testosterona alcanza sus valores máximos durante el sueño, lo que demuestra su dependencia del descanso adecuado.
Efectos del insomnio en la fertilidad femenina
El insomnio prolongado altera el eje hipotálamo-hipófisis-ovario, disminuye la frecuencia de ovulación y se relaciona con ciclos menstruales irregulares. La elevación del cortisol por falta de sueño puede inhibir la liberación de gonadotropinas, reduciendo la probabilidad de concepción. Estudios en mujeres sometidas a fecundación in vitro (FIV) han demostrado tasas de implantación embrionaria significativamente menores en aquellas con alteraciones del sueño.
Sueño irregular y calidad del semen
La fertilidad masculina también se ve afectada por trastornos del sueño. Los hombres que duermen menos de 6 horas o que presentan sueño fragmentado muestran una reducción en el recuento espermático total, menor motilidad y un aumento en el índice de fragmentación del ADN espermático. El trabajo nocturno o el jet lag también se asocian con desequilibrios hormonales y alteraciones en la espermatogénesis.
Mejores hábitos de sueño para mejorar la fertilidad
Los siguientes hábitos pueden mejorar tanto la calidad del sueño como la fertilidad:
- Mantener horarios de sueño estables (acostarse y levantarse a la misma hora)
- Dormir entre 7 y 9 horas por noche
- Evitar la exposición a pantallas al menos una hora antes de dormir
- Practicar actividad física moderada regularmente
- Controlar el estrés y evitar estimulantes en la noche (cafeína, nicotina)
- Tratar posibles trastornos del sueño (insomnio, apnea obstructiva)
Melatonina y ovulación
La melatonina actúa como regulador cronobiológico y tiene un efecto antioxidante sobre los ovocitos. Participa en la sincronización del ciclo ovárico y protege el material genético de las células germinales femeninas. Su deficiencia, causada por la exposición a luz nocturna o alteraciones circadianas, puede reducir la calidad ovocitaria y alterar la ovulación.
Trastornos del sueño más comunes
Los más frecuentemente implicados en la infertilidad son:
- Insomnio crónico: afecta a la regulación hormonal.
- Apnea del sueño: se asocia con hipoxia intermitente y alteración hormonal.
- Síndrome de fase del sueño retrasada: afecta la secreción cíclica de hormonas.
- Trastornos del ritmo circadiano: comunes en trabajadores a turnos.
El sueño es un factor crucial pero frecuentemente olvidado en la evaluación de la fertilidad. Tanto en hombres como en mujeres, un descanso adecuado y de calidad mejora el equilibrio hormonal, la función ovárica y testicular, y los resultados en tratamientos de reproducción asistida. Promover buenos hábitos de sueño debería considerarse una estrategia preventiva y terapéutica en pacientes con problemas de fertilidad.