La metformina es un fármaco clásico utilizado para los pacientes que padecen Diabetes tipo 2, y que desde hace más de una década numerosos estudios la relacionan con la fertilidad. La metformina es capaz de actuar a varios niveles del organismo: músculo, intestino, hígado y ovarios, mejorando el transporte y la sensibilidad de los tejidos a la insulina, y por tanto, disminuyendo la resistencia a la misma.

Además, las últimas publicaciones al respecto demuestran su acción mejorando las tasas de embarazo y ayudando a obtener mejores resultados en tratamientos de Reproducción Asistida.
Ante ello, a muchas pacientes le asaltan las dudas ¿es segura esta medicación? ¿podría afectar a mi salud?
La metformina es un fármaco seguro, pero es frecuente que aparezcan algunos efectos indeseables a nivel digestivo, que aunque sin gravedad, llevan a algunas pacientes a abandonar el tratamiento. Entre los síntomas transitorios más comunes, se encuentran las nauseas, diarrea o dolor abdominal. Son síntomas de resolución espontanea y que se minimizan al instaurar el tratamiento de forma escalonada.
Desde Ginemed les damos a nuestras pacientes unas pautas para tolerar mejor el tratamiento y llegar así a nuestro objetivo:
1. Tome la medicación junto con alimentos y/o después de las comidas.
2. Inicie el tratamiento con dosis bajas, por ejemplo:
· 1º semana tome ½ comprimido al día.
· 2º semana 1 comprimido al día.
· 3º semana 1comprimido y medio al día.
· 4º semana 2 comprimidos al día.
Si con estas dosis refiere malestar puede comenzar el tratamiento con una dosis inferior y/o prolongar el tratamiento durante un par de semanas antes de cada incremento de dosis, para que el cuerpo se acostumbre.
3. En ocasiones, el malestar aparece al subir la dosis, y es importante informar a su ginecólogo y no abandonar el tratamiento por su cuenta. En estos casos, se recomienda disminuir la dosis a la dosis previa que toleraba con normalidad.
Es importante tener en cuenta que la metformina es un fármaco que necesita un periodo de tiempo para realizar su acción, y muchas veces los efectos beneficiosos no los encontramos hasta pasados tres meses del tratamiento. Así que debemos de acompañar el tratamiento de paciencia y saber esperar, el resultado llegará.