- Existen algunos falsos mitos sobre la vitrificación de óvulos, como que adelanta la menopausia, el óvulo se deteriora con el tiempo o representa un riesgo para el bebé
- Según apunta la Dra. Begoña Arnott, responsable de Ginemed-FIV4 Asturias, la tasa de supervivencia tras la desvitrificación ronda el 95 %, y los embriones generados mantienen la misma capacidad de implantación y evolución, con tasas de éxito de FIV similares a las de óvulos en fresco
- Preservar la fertilidad no solo está indicado en casos de retraso de la maternidad por motivos sociales, sino también en algunos casos de endometriosis y antes de someterse a tratamientos oncológicos
- La experta recuerda que la edad ideal para preservar la fertilidad es antes de los 35 años, cuando la calidad ovocitaria es óptima
La vitrificación de óvulos se ha consolidado como una opción cada vez más extendida para preservar la fertilidad femenina. Esta técnica, basada en la congelación ultrarrápida de los ovocitos a -196 °C mediante nitrógeno líquido, permite conservarlos sin que su calidad se vea afectada por el paso del tiempo.
En los últimos años la demanda ha aumentado notablemente, impulsada sobre todo por motivos sociales. “Muchas mujeres deciden retrasar la maternidad por razones laborales, económicas o personales. La vitrificación ofrece la posibilidad de conservar óvulos en buen estado para utilizarlos en el futuro”, apunta la Dra. Begoña Arnott, responsable de la clínica de reproducción asistida Ginemed-FIV4 Asturias.
Desde el punto de vista médico, la recomendación es realizar el tratamiento antes de los 35 años, ya que la calidad ovocitaria está directamente relacionada con la edad de la mujer. Sin embargo, los óvulos, una vez vitrificados no tienen fecha de caducidad. “La calidad se mantiene estable mientras estén almacenados correctamente. La rapidez del proceso impide la formación de cristales y evita daños celulares”, añade la Dra. Arnott.
La congelación de óvulos también es una alternativa para mujeres que deben someterse a tratamientos médicos potencialmente agresivos, como los oncológicos, que puedan comprometer su fertilidad. Asimismo, puede recomendarse en casos de endometriosis o enfermedades benignas del ovario que requieran cirugías repetidas.
En cuanto a los resultados clínicos, los tratamientos con óvulos vitrificados presentan tasas de éxito similares a los realizados con óvulos frescos, siempre que la vitrificación se haya hecho a edades óptimas. “La tasa de supervivencia tras la desvitrificación ronda el 95 %, y los embriones generados mantienen la misma capacidad de implantación y evolución”, apunta la Dra. Arnott.
Falsos mitos sobre la vitrificación de óvulos
A pesar de su efectividad y seguridad, la vitrificación sigue rodeada de ciertas ideas erróneas, y la responsable de la clínica de Ginemed-FIV4 Asturias aclara los más comunes:
- Adelanta la menopausia: falso. Durante un proceso de estimulación y aspiración de ovocitos se obtienen los ovocitos procedentes de los folículos antrales que tienen potencial de crecer y desarrollarse al inicio de ese ciclo pero que iban a atrofiarse y perderse en ese mismo ciclo. Por tanto, hay nuevos folículos antrales al inicio del siguiente ciclo y no adelanta la llegada de la menopausia.
- El óvulo se deteriora con el tiempo al estar congelado: falso. Los óvulos vitrificados mantienen la misma calidad que en el momento de la realización del proceso. La rapidez de este impide que se formen cristales en su interior y se evitan daños celulares.
- Los hijos nacidos de óvulos vitrificados tienen más riesgos: falso. Los niños nacidos tras un tratamiento con óvulos vitrificados no presentan diferencias respecto a niños nacidos de óvulos en fresco o tras gestación espontánea. La evidencia científica actual no demuestra problemas de salud en estos niños.
- Solo es útil para mujeres con problemas de fertilidad: falso. Es una opción válida tanto por motivos médicos como sociales.
La vitrificación de óvulos se presenta así como una técnica segura, eficaz y con pocas molestias para la paciente, que “permite planificar la maternidad de forma libre, consciente y con mayores garantías de éxito en el futuro”, finaliza la experta.