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Espina Bífida, la necesidad de prevenir.

21 de noviembre de 2014 · Rocío Quintero Prado

Hoy 21 de noviembre se celebra en España el Día nacional de la Espina Bífida, y desde Ginemed queremos mostrar nuestro más activo compromiso, especialmente en la prevención de la citada malformación.

La espina bífida, es una malformación congénita que afecta al tubo neural impidiendo su cierre completo, así como el de las últimas vértebras. Esto ocurre en el primer mes de vida embrionaria. Los niños con espina bífida tienen diferentes grados de afectación, desde estar completamente sanos hasta presentar síntomas muy variados: hidrocefalia, debilidad muscular o parálisis de miembros, disminución o pérdida de sensibilidad, incontinencia urinaria y fecal, dificultades para alimentarse, tragar y respirar, y rigidez de los brazos. En general, cuanto más alto es el nivel de la malformación de la médula espinal, más importantes serán los problemas que presente el niño. La mayoría de estos disfrutan índices de inteligencia normales, aunque algunos muestran leves problemas de aprendizaje.

¿Y por qué se produce esta malformación? Se desconoce la causa específica, aunque parece que la ingesta insuficiente de ácido fólico en la dieta de la madre es un factor clave en la aparición de esta malformación.

lazoespinaExisten estudios científicos que demuestran que hasta un 70% de los defectos del tubo neural podrían prevenirse por la ingesta de ácido fólico durante al menos tres meses antes de la concepción y hasta doce semanas de la gestación. En consecuencia, parece fundamental, y desde Ginemed reiteramos, la importancia de aconsejar a todas las mujeres que desean quedarse embarazadas que se tome el aporte diario recomendado de ácido fólico (400 microgramos). En la actualidad hay múltiples complejos vitamínicos en farmacia que contienen esta dosis. Por supuesto, siempre bajo un adecuado control del ginecólogo y acompañado de una dieta equilibrada, que contenga frutas, verduras, legumbres y cereales.

Muchas parejas se estarán preguntando ¿Pero hay forma de diagnosticarlo durante la gestación? La respuesta es sí. La mayoría de los casos se diagnostican en la vida prenatal, aunque los casos más leves pueden pasar desapercibidos. Para su diagnóstico disponemos:

Detección en sangre materna de los niveles de alfafetoproteína entre las semanas 15- 20 de gestación. En general, si un feto padece una malformación del tubo neural, el nivel de esta proteína será más elevado. No indica con certeza si padece el defecto, pero sí determina los embarazos con mayor riesgo.

Ecografía prenatal destinada al despistaje de malformación del tubo neural.

Amniocentesis: técnica invasiva que mediante la extracción de líquido amniótico, podría determinar los niveles de AFP que en el caso de estar elevados, indicarían que el trastorno está presente, aunque no concretaría la gravedad del mismo.

Actualmente, gracias a la prevención, al diagnóstico prenatal, al tratamiento quirúrgico y médico adecuado y a la colaboración de la sociedad, el futuro de estos niños es muchísimo más alentador. De hecho, el 90% de los niños afectados sobreviven y hasta un 70% podrán caminar con o sin dispositivo ortopédicos o muletas.

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Comentario (1)

  1. Avatar de joana
    joana
    14 de marzo de 2016 11:32

    suas informaçoes sao muito importante para nos

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